Traemos una nueva historia de un nuevo acuerdo de reestructuración con el Banco Santander
Carmen M. y su marido consiguieron un acuerdo con el banco Santander por el cual durante 5 años tenían que pagar una cuota total de 14 euros por su vivienda. Esta cuota, después de estar dos años pagándola, se ha visto reducida todavía más hasta quedar en 7 euros. De esta manera podrán permanecer en su vivienda, situada en Jun en los próximos tiempos. Si no fuera por este acuerdo su situación sería muy difícil pues Carmen y su marido tienen como únicos ingresos los que derivan de una prestación de 430 euros que cobran cada uno y que ella dejará de percibir a partir de septiembre próximo.
La historia de cientos de miles de familias de clase trabajora
En este caso se repite la situación que millones de trabajadores han vivido con la explosión de la crisis capitalista. Durante un tiempo pudieron ir haciendo frente a los pagos de la hipoteca haciendo grandes sacrificios pero al quedarse en paro, primero su marido y luego ella, la situación que ya era apurada se hizo insostenible: llevaban al banco las cantidades que podían cada mes pues sólo percibía ingresos por su trabajo por horas como limpiadora que era esporádico y no daba para más. Los ingresos eran muy discontinuos y se iba pagando como se podía aunque con muchas dificultades.
Para no verse abocados al precipicio tenían que ir pidiendo a su familia para ir pagando pero aún así la deuda no paraba de crecer. A pesar de los esfuerzos llegó un momento en el que en el banco, en su sucursal de toda la vida, empezaron a negarse a cogerle el dinero. Un día, sin previo aviso y sin advertencia previa, le indicaron que habían empezado ya el proceso de ejecuciòn hipotecaria.
Solo no es posible, organizado sí
En esta situación estaba cuando a través de una vecina que participaba en la asamblea de Pulianas se acercó al grupo en el año 2015 y empezó a participar en la asamblea. Empezó a mover los papeles y presentar escritos solicitando la reestructuración. Carmen señala que “nos costó un poco pero al final lo conseguimos. Tuvimos un juicio con el banco a través del cual me demanban una cantidad enorme por intereses y demás pero la sentencia me resultó favorable, rechazando el juez las pretensiones del banco”.
A través de la acción combinada de la presión frente a la entidad y las acciones judiciales pudieron ir revirtiendo la situación: a través de su abogado de oficio denunciaron al banco por claúsulas abusivas en un juicio que también ganó y que sirvió para que el banco tuviera que devolverle una cantidad (que no le devolvió sino que directamente se apropió para reducir la deuda de la familia).
Así, mientras se desarrollan los juicios se siguió la negociación y la realización de acciones de protesta hasta que el caso llegó a la mesa de negociación, un ámbito que Stop Desahucios Granada 15M tiene establecido con diferentes entidades para negociar aquellos casos en los que en las sucursales ya no pueden hacer más: en la negociación en la mesa se presentó un nuevo escrito, solicitando una reestructuración, escrito que la entidad aceptó y por el cual Carmen y su familia pudieron acogerse a una reestructuración durante 5 años según marca el Real Decreto.
Merece la pena estar organizado
“A todo el mundo le digo que merece la pena estar en el grupo porque si no hubiera sido por el grupo no habría conseguido la reestructuración. Así gracias a estar organizada y a la fuerza que da el apoyo del grupo” nos dice ahora Carmen que sigue participando en la asamblea que Stop Desahucios Granada 15M tiene en Puliandas porque como reconoce “sigo participando, voy a las acciones y apoyo en todo lo que puedo. Ahora hay que ayudar a otras familias que están pasando por lo mismo que nosotros”.
Porque sí se puede y la lucha es el único camino