«Dejé de comer, pedía dinero a mi familia para pagar la luz. Perdí 14 kilos en un año». La hipoteca de Sandra Morales, limpiadora a tiempo parcial de 34 años, dejó huella incluso en su cuerpo. Ahora, esta vecina de Pulianillas que actualmente vive en Belicena con sus padres respira tranquila tras haber conseguido firmar la dación en pago de su vivienda con el BBVA, gracias a su participación en el grupo Stop Desahucios 15M Granada.
Los problemas más graves empezaron en 2007. «Me quedé en el paro, me peleé con el banco y me dieron una refinanciación hasta 2011, aumentando la deuda». Cuando acabó ese plazo la situación fue a peor y fue cuando Morales estuvo más afectada e iba pagando «a trancas y barrancas» renunciando a otros gastos básicos. «El banco me ofrecía carencias y condonarme 8.000 euros pero renunciando a otros derechos, firmé pero me dejaron la opción de una futura dación en pago», recuerda.
En febrero de 2014, Morales se quedó en paro de nuevo: «Cobraba 226 euros de prestación al mes y pagaba de hipoteca 350 euros». «Me enteré de la existencia de Stop Desahucios, yo sola no podía», señala. En mayo, acudió a la asamblea del Zaidín.
Esta vecina cuenta cómo se desarrollaron los acontecimientos a partir de ahí: «Me negué a aceptar la reestructuración que me ofrecían, y cuando se me acabó el paro volví y en una semana aceptaron». El acuerdo incluye la dación en pago de la vivienda y la condonación de la deuda de 102.000 euros.
Morales indica: «Yo llevaba mi propio caso, pero el apoyo moral ha sido lo que me ha ayudado, estaba destrozada psicológicamente. Ahora estoy superimplicada, participo en las negociaciones con los bancos, en las acciones y en la formación».