Este jueves 14 de febrero los participantes en Stop Desahucios Granada 15M, así como miembros de otros colectivos solidarios, se concentraron a las puertas de la Caja Rural de Granada, en la plaza de la Trinidad.
Era una nueva acción para volver a pedir, otra vez más, la apertura de una mesa de negociación para desatascar los numerosos casos que esta entidad tiene con familias amenazadas de desahucio o a las que se le reclaman cantidades enormes que son imposibles de afrontar.
Caja Rural es la única gran entidad que carece de una mesa de negociación con el grupo de Stop Desahucios Granada 15M, solución a la que sí han accedido el resto de entidades como el Santander, La Caixa, el BBVA o Bankia por citar algunas.
Así una entidad que presume de su cercanía, de estar dispuesta siempre a escuchar a las familias, y que hace negocios con instituciones de diverso tipo y con las administraciones públicas muestra la verdadera cara que oculta tras esa imagen. La cara de una entidad que ha llevado a cientos, a miles de familia a la ruina sin haber cumplido ninguna de las condiciones que el código de buenas prácticas, para las entidades bancarias, establece.
Código de buenas prácticas al que la Caja Rural se acogió voluntariamente y que sin embargo incumple de manera sistemática. Por ejemplo: informar a las familias con problemas de pago de las posibilidades que la legislación les ofrecía para buscar soluciones, hacer propuestas para las familias antes de llegar al desahucio y así infinidad de situaciones.
Hay que recordar aquí que mientras se saltaban a la torera todas estas medidas, desarrollaban una campaña entre sus clientes para hacerles firmar la renuncia a las posibles reclamaciones por las clausulas abusivas que llenaban los contratos hipotecarios redactados por ellos, con la complicidad de notarios y demás elementos que se han hecho de oro a costa de las familias.
Por ello hay que seguir insistiendo, hay que seguir denunciando a la Caja Rural frente al conjunto de la sociedad, frente a los miles de trabajadores y trabajadoras que pasan o han pasado por esta situación, frente a las entidades y administraciones públicas que hacen negocios con ella. Todo hasta conseguir abrir la mesa de negociación que puede establecer una canal de diálogo fluido.