«Aunque llueva y aunque truene, de aquí no nos mueven»
Para quien haya acudido alguna vez a las concentraciones organizadas por Stop Desahucios, este grito resultará familiar. No se trata palabras vacías: el jueves día 1 de marzo la persistente lluvia no detuvo a los activistas que se trasladaron hasta la puerta de la oficina del BMN (Banco Mare Nostrum) situada en Reyes Católicos, ya junto a Puerta Real.
Precisamente el BMN es uno de los recientes protagonistas de la convulsa banca española. El pasado 8 de enero se materializó la fusión entre esta entidad y Bankia (rescatada con el dinero de la ciudadanía tras el saqueo sistemático que perpetró buena parte de la clase política de este país). En la actualidad se está llevando a cabo un recorte más que significativo de la plantilla del BMN, y en fechas inmediatas las oficinas pasarán a rotularse ya con el nombre de la extinta Caja Madrid. Nos encontramos, por tanto, en una situación parecida a la que se produce con el Banco Popular y el Santander (recordemos que este último adquirió el primero por la cantidad simbólica de un euro), donde confluye la precariedad laboral de buena parte de la plantilla y la tendencia natural de las entidades bancarias a tirar balones fuera y eludir su responsabilidad en las dramáticas situaciones que viven muchas familias amenazadas con un posible desahucio.
En esta ocasión, el conflicto de BMN con un compañero del grupo, Heliberto, se remonta hasta una década atrás, hasta 2008. El año que todos tenemos marcado en la memoria por suponer el pistoletazo de salida a la crisis en la que todavía estamos inmersos. Una vez más la historia se repite: un contexto económico devastador se lleva por delante a trabajadores y pequeños empresarios que se ven atrapados en hipotecas-trampa que tarde o temprano no pueden afrontar. El BMN se fue quedando con todo lo que Heliberto tenía desde 2011, manteniendo la promesa de respetar el bajo en el que actualmente reside. Los acuerdos se fueron incumpliendo hasta el día de hoy, en el que el alzamiento de la vivienda es una posibilidad tangible y los antiguos interlocutores del BMN han desaparecido tras las nuevas restructuraciones de plantilla. Frente a situaciones de esta naturaleza, donde los directivos de las entidades juegan al despiste y se escudan en los muchos mecanismos de los que disponen para eludir la negociación de una salida justa a los conflictos que llevamos hasta sus puertas, solo cabe ejercer una presión mayor, no confiar en sus buenas palabras y exigir muestras tangibles de que caminan en la dirección adecuada.
AYER POR LA MAÑANA PAH-HUELVA PARO EL LANZAMIENTO DE UNA FAMILIA CON 2 MENORES DE 2 Y 4 AÑOS EN UNA VIVIENDA ALQUILADA EN PUNTA UMBRIA (Huelva) PROPIEDAD DE CAIXABANK. AHORA NOS TOCA TRAMITAR UN CONTRATO DE ALQUILER SOCIAL PARA ESTA FAMILIA QUE ESPERAMOS PUEDA ESTAR Y VIVIR TRANQUILA EN LA MISMA VIVIENDA. SI SE PUEDE.