«Conocía a Stop Desahucios durante la acampada del 15M, cuando trabajaba en una televisión local. Ahora lo veo muy distinto: la gente no ve que se ha conseguido una plataforma que consigue derechos». Quien así habla es Sara Santana, operadora de cámara de 32 años que ha firmado la reestructuración de su hipoteca, y pagará una carencia durante los próximos cinco años. La entidad es Cajamar, con la que Stop Desahucios Granada 15M mantiene un conflicto desde hace meses para alcanzar soluciones con dos familias, a lo que el banco se niega.
Santana vive en Las Gabias con su pareja, Jose Montero, un año mayor, y su hija de tres años. Se hipotecaron en 2005. Diez años más tarde, en el verano de 2015, «empezamos a sacar del plan de pensiones para poder pagar las cuotas, estábamos asfixiados. Había sido mamá, y cerraron la televisión estando de baja maternal. Jose estaba temporal en la obra», explica Santana.
La familia trató de dialogar con el banco, pero sólo ofrecieron una carencia de duración inferior y con cuotas elevadas, además de 1.500 euros. «Nosotros ya habíamos estado en la asamblea de Stop Desahucios en Armilla, y a la semana volvimos con el apoyo del grupo. Estuvimos tres meses luchando: todos los días en el banco, a base de reclamaciones, el trato ha sido horroroso».
«La valoración de Stop Desahucios es 100% satisfactoria, genial. Se dan soluciones, rayos de luz. A mí me ayudó, sin pedir nada a cambio», manifiesta Santana. Respecto a los casos que Cajamar se niega a solventar, indica: «Hay que buscar la manera de que llegue a donde tiene que llegar. Ánimo, al final se va a conseguir».