«Hay que seguir hasta que el cuerpo aguante». Es la moraleja que cuenta Ana Rodríguez de su historia de lucha con Caixabank, que ha culminado en la firma de un acuerdo de reestructuración hipotecaria por el que las cuotas serán mucho más asequibles durante los próximos cinco años.
Rodríguez, auxiliar de enfermería en paro de 42 años, vive con Ángel López, un año mayor y conductor, y sus dos niñas de cinco y 11 años en Pulianas. La familia compró su casa en 2004, pero como en tantos otros casos su derecho a la vivienda fue un espejismo que se esfumó en 2010, cuando comenzaron los problemas económicos familiares. Consiguieron llegar a un acuerdo con Caixabank para pagar la mitad de la cuota durante tres años, pero al terminar el plazo pasaron a pagar cien euros más. «Volvimos a intentarlo y nos ofrecieron lo mismo, pero ya habíamos comprobado que eso no era una solución», relata Rodríguez. En esas fechas conocieron Stop Desahucios Granada 15M, «por casualidad». «Me daba miedo ir pero lo hice», confiesa Rodríguez.
Tras dos años y medio peleando desde la asamblea de Pulianas, el banco aceptó las demandas y la familia respira tranquila. Rodríguez cree que es imprescindible seguir participando en el grupo tras resolver los casos. Algo más necesario todavía en una organización en la que nadie cobra ni paga y que se basa en la militancia de sus integrantes. «La gente que deja de venir no es consciente de lo importante que es. Stop Desahucios es mi gran familia, mi apoyo», señala esta vecina de Pulianas.