Sigue la presión sobre Caja Rural

Este jueves 27 de junio, participantes en Stop Desahucios Granada 15M volvieron a concentrarse, para mantener la presión, a las puertas de la sucursal que Caja Rural tiene en la Avenida de Dilar, en el barrio obrero del Zaidín.

En esta nueva acción se ha vuelto a exigir la apertura de una mesa de negociación con la Caja Rural. Es una continuación de la acción que se desarrolló en el barrio de El Realejo hace unas semanas (puedes saber más sobre esa acción pinchando aquí).

Caja Rural sigue negándose a pesar de la presión

Hay que recordar que Caja Rural es la única gran entidad bancaria que sigue negándose a abrir una mesa de negociación con el grupo de Stop Desahucios Granada 15M.

Mesa de negociación que tendría que servir para poder dialogar sobre soluciones a infinidad de casos que actualmente se encuentran atascados en las sucursales que esta entidad tiene distribuida por toda la geografía de nuestra provincia.

Esta mesa de negociación es especialmente importante porque a lo largo de estos años son numerosos los casos de familias que se han visto con dificultades para poder pagar sus hipotecas. Hipotecas que se ha demostrado que estaban llenas de clausulas abusivas que han supuesto graves perjuicios para los clientes de esta entidad.

No es aventurado señalar que detrás de esas clausulas abusivas, que han supuesto el pago de cantidades por encima de lo que habría sido necesario, pueden encontrarse gran cantidad de dramas de numerosas familias y una enorme presión sobre las mismas: dramas que han tomado la forma de desahucios, pérdida de la vivienda e incluso suicidios. Y todo eso no puede caer en saco roto.

La administraciones tienen que implicarse

Como señalábamos en la anterior acción, es fundamental que las administraciones también asuman un papel en relación a la protección de sus ciudadanos. Ciudadanos que se están viendo seriamente perjudicados por la Caja Rural.

Por ello y una vez que se han constituido los nuevos gobiernos municipales es momento de empezar también a exigir a estas administraciones un posicionamiento a favor del diálogo y la apertura de canales de comunicación para buscar soluciones. No sirven aquí equidistancias. Frente a la prepotencia de la Caja Rural tienen que apostar porque esta se siente a negociar y busque dar soluciones a las familias que han decidido no resignarse y organizarse para defender sus derechos.

Y no puede permitirse que se penalice a las familias por precisamente organizarse y aprender sus derechos y conocer los atropellos que han sufrido. Porque si esto continúa de esta manera, nuevas acciones y movilizaciones tendrán que llevarse a cabo para conseguir salir del callejón sin salida al que la Caja Rural quiere conducir a decenas de familias.

Porque la lucha es el único camino.

Sí se puede