Remontando las decisiones de los tribunales: un acuerdo con el Santander gestionado por la Asamblea de Stop Desahucios de Armilla
Os presentamos otro caso que ha acabado en un acuerdo satisfactorio para uno de nuestros compañeros y su familia. Se trata de Javi, miembro de la asamblea de Armilla, trabajador de la construcción que se quedó en el paro en mitad de la reciente crisis económica y dejó de poder afrontar el pago de la hipoteca de su casa en El Ejido (Almería). El banco era el Santander y corría el año 2012… como siempre, poco importaron todas las letras abonadas con anterioridad (unos siete años de hipoteca cubiertos) y los altos vuelos del Euribor, la entidad recurrió a los tribunales y estos fallaron a finales del 2017: no solo su familia había perdido la casa, sino que además se les obligaba a pagar los 75.000 euros que restaban por pagar.
Javi conocía Stop Desahucios por los medios de comunicación y algunas de sus acciones, de manera que decidió buscar en la red y llamar por teléfono. Ya instalado en Granada, la asamblea más cercana era la de Armilla. Se le instó a acudir a la reunión semanal y exponer su caso. En enero del 2018 ya estaba preparando toda la documentación que le solicitaron desde la asamblea y dos compañeros fueron con él a negociar con el Santander. Tras varias gestiones, y sin que hiciera falta ningún tipo de concentración por parte del los activistas del colectivo y las personas solidarias que acuden regularmente a las mismas, se logró la condonación total de la deuda.
Cada caso, una historia única
Por supuesto, cada caso que exponemos es único. En esta ocasión, el camino no ha sido especialmente accidentado, pero eso no desmerece el infatigable trabajo de presentar documentación para forzar a las entidades a negociar. Una tarea que exige tenacidad y formación, y que es esencial para que cualquier conflicto llegue a buen puerto. A veces la gente que no conoce el trabajo de fondo realizado por los grupos de Stop Desahucios o las Plataformas de Afectad@s por la Hipoteca, no es consciente de esta tarea (mucho menos llamativa que las acciones o las resistencias pacíficas frente a los intentos de desahucio) y desde aquí queremos ofrecer el reconocimiento que se merece.
Mejor en compañía que en solitario
Javi ha querido remarcar dos cuestiones relativas a su caso que queremos compartir. La primera es que al acudir a la asamblea de Armilla se sintió uno más del grupo pese a haber llegado el último: «Me acogieron con los brazos abiertos», citando sus propias palabras. La segunda es que anima a todas las personas que se encuentren en una situación parecida a la que él ha transitado a no dejar pasar el tiempo, a tomar desde el primer momento la determinación de buscar asesoramiento y ayuda… porque, aunque ya hemos señalado que este caso ha acabado razonablemente bien en un periodo muy corto de tiempo y partiendo con una resolución judicial en contra, no solo no suele ser así (por lo que cuanto antes se mueva ficha más posibilidades hay de vencer), sino que además, la lucha colectiva minimiza el daño psicológico que provoca una situación de desamparo como es perder la casa y además quedarse con una deuda pendiente. No es lo mismo lidiar con los inevitables quebraderos de cabeza y posibles depresiones en soledad y sin conocimientos sobre bancos y tribunales, que hacerlo entre compañeros, muchos de los cuales han pasado por situaciones parecidas. La socialización de saberes y la solidaridad son nuestras fortalezas y nuestras principales armas. Por eso personas como Javi, después de haber solucionado sus casos individuales se implican en las asambleas y continúan la lucha de Stop Desahucios. Nos estamos solos, nos tenemos los unos a las otras.