Miguel S. P. y su familia podrán descansar más tranquilos tras haber firmado una reestructuración de su contrato hipotecario con UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios), acogiéndose a lo que marca el Real Decreto. A través de dicho acuerdo, durante los próximos cinco años pagarán una cuota mensual de 6 euros, consiguiendo así el necesario respiro para poder afrontar su difícil situación.
Miguel, camionero de profesión, firmó una hipoteca en 2005 que ha estado pagando durante todo este tiempo hasta el momento en el que ya ha sido imposible. Al caer enfermo y tener que darse de baja en su trabajo, sus ingresos se redujeron drásticamente, cobrando 800 euros. Con esta cantidad se tenía que hacer frente al importe de la letra (más de 500 euros), además de los gastos fijos y del día a día de una familia: suministros (luz, agua), alimentos y todo lo demás que implica sacar adelante un hogar… evidentemente, las cuentas, como las de tantos otros trabajadores y trabajadoras sacudidos por las lógicas salvajes del capital, no podían salir y la situación acabó por volverse insostenible.
El comienzo de una lucha que terminó bien
Sin embargo, y a través de internet, tuvo conocimiento de la existencia del grupo Stop Desahucios Granada 15M, donde empezó a participar para buscar una solución a su difícil realidad: primero en la asamblea de Albolote y posteriormente, por una cuestión de proximidad a su domicilio, en la asamblea del Zaidín. Así, apoyado por diferentes compañeros y arropado por el grupo, empezó a dar los pasos necesarios para plantear una solución viable a UCI: reunió toda la documentación necesaria con la que acreditar su situación y presentó un escrito en el que demandaba una carencia que le permitiera tomarse un respiro y ganar tiempo.
Fueron varios meses de trabajo con visitas aquí y allá hasta que finalmente el 21 de agosto pudo firmar el nuevo acuerdo tras presentar un escrito con toda la documentación necesaria. Gracias a él obtendría una carencia durante 5 años según marca el Real Decreto. Para Miguel, el papel desempeñado por el grupo de Stop Desahucios 15-M Granada ha sido fundamental: “Estoy muy contento de haber conocido al grupo y de haber empezado a participar porque me ha abierto los ojos respecto a muchas cosas”.
El futuro ahora pinta mejor
Por ello y como reconoce, no piensa desvincularse del mismo a pesar de haber encontrado una solución, ya que “ahora ya me estoy implicando en el apoyo a otros casos, ayudando a otros compañeros que están pasando por una situación parecida. Estoy aprendiendo y quiero seguir aprendiendo para en cuanto esté mejor poder resultar de más ayuda, para implicarme en todo lo que pueda para ayudar a personas que estén por algo similar a lo que yo he pasado”.
El mensaje con el que Miguel se despide de la pequeña entrevista que hemos realizado desde el grupo de comunicación está lleno de optimismo y confianza: llama a que nadie pierda la esperanza. Según su propia experiencia, organizados, con la ayuda del grupo y trabajando de forma colectiva, conectando recursos y conocimientos, es posible salir de todo, ya que como señala: “Yo cuando empecé a ir, iba hasta vomitando… pero todo puede tener solución si uno no se rinde, y gracias a Stop Desahucios, de forma colectiva se pueden conseguir soluciones para poder recuperar nuestras vidas y tener una vida más digna”.