El pasado jueves 16 de junio, Stop Desahucios Granada 15M se movilizó para impedir el desahucio de José María, Verónica y su hijo pequeño en Cijuela. Era el último acto de una sucesión de acontecimientos que venían arrastrándose desde el momento en el que la entidad con la contrató la hipoteca decidió ejecutar el crédito hipotecario y vender la vivienda con él y su familia dentro a Servihabita, entidad vinculada a Caixabank.
El resultado final fue perder la vivienda y quedarse con una deuda que a lo largo de los años ha ido engordando hasta convertirse en impagable. Ninguna otra solución había sido ofrecida por la entidad bancaria antes (como una reestructuración de la deuda o una dación en pago con un alquiler asequible para poder seguir viviendo en su casa).
A través de la acción en los juzgados se intentó conseguir la suspensión del desahucio pero el viernes día 10 tuvimos la noticia de que nos denegaban esta suspensión en lo que nosotros consideramos que era una arbitrariedad, otra más, del juzgado de primera instancia nº de Santa Fe. El lunes día 13 presentamos un recurso frente a esa decisión judicial sin que desde el juzgado se nos quisiera responder de manera oficial y por escrito hasta el mismo jueves, el día del desahucio, en lo que podría calificarse como un ejercicio de sadismo por parte de las autoridades judiciales de este juzgado para mantener la tensión y el miedo en la familia.
Ante este panorama, y dado que José María y su familia no han estado solos en todo este proceso, (nuestro compañero lleva participando ya varios años en la asamblea que Stop Desahucios Granada 15M tiene en Albolote) el día del desahucio, y desde muy temprano, casi medio centenar de personas, afectados por problemas de vivienda, personas solidarias, participantes en las diferentes asambleas de Stop Desahucios Granada 15M y en la oficina de Okupación, han estado acompañando a esta familia, a las puertas de la vivienda, por si era necesario intervenir.
A las 9:15 del jueves, sólo 45 minutos antes de la hora fijada por el juzgado para el desahucio, tuvimos la confirmación escrita de la suspensión del mismo. La ola de alegría que llenó los corazones de todos los asistentes fue enorme con la satisfacción de haber sido nosotros organizados en las calles y en los juzgados, los que verdaderamente habíamos contribuido a hacer justicia: ni los juzgados ni Caixabank-Servihabitat han movido un sólo dedo para evitar que el desalojo se produjera: ha sido sólo por el impulso de las lucha popular en todos los frentes que se había conseguido.
Y en este punto no podemos dejar de reflexionar, para ponerlo en valor, ¿qué habría sido de esta familia si se hubiera encontrado sola?: el juzgado de primera instancia número 2 de Santa Fe no ha dado ni una sola facilidad. Al contrario ha puesto todos los impedimentos que ha podido, reales e inventados, sabiendo que estaban bordeando lo ilegal de sus actuaciones, confiando en que en algún momento nos faltaran las fuerzas y nos rindiéramos a la hora de seguir recurriendo y presentando escritos. Y Caixabank y Servihabitat tampoco han querido levantar el teléfono para parar temporalmente el procedimiento mientras se buscaba una solución que pudiera evitar que esta familia se viera en la calle.
Y frente a esto, la organización popular, ha sido la que ha vencido porque la lucha es el único camino. Porque los desahucios no se paran, los paramos.